Dosis de (in)seguridad





Carlos tiene 19 años de edad. Estudia una ingeniería y es un joven lo suficientemente atractivo, inteligente y simpático como para despertar interés de quien quiera. Sus amigos lo respetan y apoyan, sus relaciones han sido estables y su vida sexual saludable, de momento sin sobresaltos.
Como muchos jóvenes, Carlos ha sentido necesidad de experimentar hasta llegar al punto máximo de sus capacidades. Aún sin vivencias traumáticas que lo justifiquen, decidió aventurarse con «la famosa pastillita azul», porque le prometieron que vería las nubes y se las mostraría, además, a su compañera de cuarto.
El desenlace pudiera haber sido magnífico, como se empeñan en narrar otros jóvenes que se sintieron complacidos, pero Carlos terminó en el cuerpo de guardia de un hospital con un intenso dolor en el pene, erecto por más de tres horas, y un dolor de cabeza insoportable. Por suerte, bastó drenar con una jeringuilla el miembro y no quedaron secuelas.
Según expresan rumores callejeros y reafirman especialistas en Sexología y Urología en nuestro país, en la última década ha ascendido de manera preocupante el número de hombres.




Por: Mileyda Menéndez Dávila