Sin abrelatas

Necesitarás una superficie áspera pero plana como el concreto o una acera. Vira la lata y frótala rápidamente sobre la superficie. Luego dale la vuelta y presiónala desde ambos lados. Si lo hiciste correctamente, la tapa se abrirá de golpe. Si no, intenta frotarla de nuevo. Nunca se sabe cuándo necesita este truco para salvar su vida (o la de su gato).