“La Habana es un poema y es un canto” + video


Marta Campos es una habanera de pura cepa, la distingue un sentido del humor profundo, su sonrisa amplia y ese espíritu cordial que acoge como un abrazo. Vive en la barriada La Víbora, del municipio 10 de Octubre. Allí nació y en cada calle sigue encontrando los motivos para hacer de esta localidad, su lugar preferido. Mujeres conversó con la reconocida trovadora sobre los sentidos de La Habana que la acompañan.
¿Cuáles son esos lugares de la ciudad que tienen un lugar importante en tu vida?
Son tantos los lugares bonitos que tiene mi ciudad que sería una larga lista. Pero el primero es mi barrio, La Víbora y todo lo que tiene que ver con el Mónaco, Avenida Acosta que han sido mi escuela desde pequeñita, mi casa, donde nací, crecí y me desarrollé.
Hay otros lugares preciosos que me gustan mucho como lo es el Centro Histórico de la Ciudad y en él, el Parque Central, el Parque de la Fraternidad, el Barrio Chino. Y claro, el Malecón me encanta de punta a punta.
La Habana, es protagonista de muchas canciones en la trova. ¿Por qué?
La Habana es un poema y es un canto. Cada cual le pone su personalidad y sus emociones. A mí me salió una habanera  que se titula Mi habanera para ti. La dediqué a mis amigos y a todas las personas que quieren y visitan nuestra ciudad porque deseo que siempre encuentren un lugar acogedor, con trovadores en las calles, con alegría y fiesta; esa Habana que tiene tantos triunfos y, por qué no, también derrotas.
La Habana inspira, está siempre en movimiento. Y nunca dejo de sorprenderme cuando me encuentro a gente que nos visita que no quiere irse, porque una la quiere desde que nace.
¿Qué le desearías a La Habana para el futuro?
Creo que quienes la habitamos tenemos que cuidarla y quererla cada día más. Y en ese amor cotidiano está el mantenimiento de las cosas que se han logrado hasta el momento. No todo se ha podido arreglar, y queda mucho por hacer pero creo que tenemos que mantener nuestro compromiso con la ciudad que vivimos, y en mi caso la ciudad a la que le canto.


Por: Lirians Gordillo Piña